Jean-Pierre Melville
En el espacio de veinticinco años en que transcurre su andadura cinematográfica, Jean- Pierre Grumbach (alias Melville) dirige solamente trece películas, de las que ocho se inscriben en el territorio de la serie negra. El primero de sus títulos dedicados a explorar el universo del milieu aparece en 1955 (Bob le Flambeur) y desde entonces hasta el final de su filmografía, impuesto por la muerte del director en 1973 (cuando había escrito ya los doscientos planos iniciales de un nuevo polar [policiaco francés], con el título provisional de Contre-Enquête), solo abandona la representación fílmica del hampa en dos ocasiones: Léon Morin, prêtre (1961) y El ejército de las sombras (1969).
La obra de un cineasta que dedica diecisiete años de su vida a filmar apenas quince horas de celuloide bañado en la ambigüedad negra de la pégre francesa despierta, cuando menos, una justificada curiosidad. Heredero directo del Jacques Becker de Touchez pas au grisbi (1954) y admirador sin límites del John Huston de La jungla de asfalto (1950) –las dos películas que confluyen en las imágenes de su primera incursión por el hampa–, Melville es el eslabón de transición entre el cine negro francés de posguerra –con el Becker de París, bajos fondos (1952) a la cabeza– y polar de José Giovanni, cuyas aportaciones abren la puerta a la derivación moderna del género a partir de 1966. El mismo año, precisamente, en el que una de sus novelas le proporciona a Melville el material narrativo para realizar Hasta el último aliento, la película que éste considera como su primera aportación “verdadera” al cine negro.
Carlos F. Hedero y Antonio Santamarina
Revista de cine Nosferatu, nº 13 (Octubre, 1993)
Películas programadas
El silencio de un hombre (1967)
El ejército de la sombras (1969)
Círculo rojo (1970)
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