el cine de mi casa

 

 

El cine del Oeste

 

El western nació prácticamente con el propio cine. El western pionero y silente fue, en esencia, épico: el género certificaba la visión que los norteamericanos tenían de sí mismos  y querían exportar al mundo. La odisea de los colonos, las carreras organizadas por el gobierno para adquirir las tierras, los largos viajes de las caravanas, la quimera del oro o la construcción del tendido ferroviario y telegráfico se convirtieron en noble materia argumental. Fue, en cierto sentido, un cine propagandístico. Con la llegada del sonoro, se diluyeron algunos signos distintivos y el género, como otros modelos narrativos de Hollywood, perdió algo de fuelle pero salvo algunas excepciones, el western de los treinta discurrió generalmente por el sendero alimenticio de la serie B y los seriales hasta que en 1939 apareció La diligencia (Stagecoach, John Ford), una producción modesta, sin grandes estrellas, que reanimó literalmente el cine del Oeste y le otorgó nuevas señas de identidad.

 

La magnífica década de los cincuenta, con la irrupción en el western de Budd Boeticher, John Sturges, Gordon Douglas, Delmer Daves, Anthony Mann y los cineastas encuadrados en la generación de la violencia (Samuel Fuller, Nicholas Ray, Don Siegel, Richard Brooks), y con el retorno al género de antiguos practicantes como Henry Hathaway, significó una consolidación de valores que conllevaba también un replanteamiento absoluto de los mismos. Fue éste un periodo rico en contrastes y en nuevas propuestas formales: la competencia de la televisión, un medio que también apostó fuerte por el western, propició el auge de los formatos panorámicos, lo que contribuyó a redefinir la puesta en escena clásica. Aparecieron obras capitales como La verdadera historia de Jesse James (The true story of Jesse James, Nicholas Ray, 1957), Duelo de titanes (Gunfught at the OK Corral, John Sturges, 1957) y el miniciclo de Boetticher con el actor Randolph Scott. Pero fueron también los cineastas de las generaciones precedentes los que, evolucionando mejor que nadie con el aire de los tiempos, mostraron las nuevas y desencantadas rutas del género, concretamente John Ford con Centauros del desierto (The searchers, 1956), el título más influyente de esta época; King Vidor con La pradera sin ley (Man without a star, 1955) y Raoul Walsh con Los implacables (The tall men, 1955). Después de ver estas películas sólo había una pregunta que formularse: ¿qué dirección podía tomar a partir de entonces el cine del Oeste?

 

La amplitud de miras de los viejos y nuevos practicantes del género dio paso en el inicio del siguiente decenio, casi por pura inercia, a lo que se bautizó como western crepuscular, una tonalidad sombría y otoñal que ofreció excelentes frutos (los filmes violentos y líricos de Sam Peckinpah, por ejemplo), pero a su vez se pergeñó el certificado de defunción del género tal y como se había entendido entonces. La influencia del spaguetti-western, las violentas y deliberadamente sucias películas del Oeste rodadas en tierras españolas o italianas en régimen de coproducción y el progresivo silencio al que fueron sometidos los directores clásicos, sin una nueva generación de recambio en el horizonte, convirtieron poco a poco al western en un género de supervivientes. Grupo Salvaje (The wild bunch, 1969), una de las propuestas más radicales de Peckinpah, infectada por igual del clasicismo irrecuperable y de la violencia del modelo europeo, puede verse como una metáfora del propio género, con sus protagonistas tan desclasados como lo estaban entonces muchos cineastas, el airado Peckinpah incluido.

 

Desde los ochenta, francotiradores como Eastwood, Lawrence Kasdan, Kevin Costner, Walter Hill han intentado, con resultados generalmente muy buenos, recuperar el sentido físico del género, su propia poética, la relación del individuo con el paisaje, la simbiosis entre mito y realidad.

 

 

Quim Casas

Películas claves del western

Ediciones Robinbook, 2007

 

 

 

Películas programadas

 

Raíces profundas (1953)

Mayor Dundee (1964)

Django (1966)

Los cowboys (1972)

Valor de ley (2010)

El llanero solitario (2013)

 

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