el cine de mi casa

 

 

Andrzej Wajda

 

Wajda había dado sus primeros pasos en el cine de la mano de Aleksander Ford, su gran maestro en la Escuela de Lodz, que empezó siendo "un estalinista ortodoxo" (así lo definió Roman Polanski, otro de sus discípulos) y terminó denunciando los horrores del gulag soviético. A lo largo de una carrera de 60 años, Wajda reflejó a su manera muchos sucesos claves para su país y también empezó apoyando el comunismo y terminó enfrentado con las rigideces y el autoritarismo del régimen consolidado luego del acuerdo de Potsdam, que intentó reordenar la Europa de posguerra en 1945.

 

La obra de Wajda es una especie de manual que recorre acontecimientos ineludibles de la historia de su país: la independencia polaca (Pan Tadeusz), el gueto de Varsovia (Korczak), la matanza de más de 20.000 oficiales polacos por orden de Stalin (Katyn), la resistencia al nazismo y el anticomunismo (Cenizas y diamantes, potente cierre de una trilogía dedicada a las miserias de la guerra que completan Generación y Kanal) y, finalmente, la que sería su despedida, Walesa, un ardiente retrato armado a partir del cruce entre ficción y documental, del sindicalista que terminó siendo presidente entre 1990 y 1995.

 

Continuidad necesaria, además, de El hombre de hierro, film dedicado a contar los orígenes de Solidaridad en los astilleros de Gdansk y Gdynia, que se llevó la Palma de Oro de Cannes en 1981 y lo consolidó en el plano internacional.

 

Al margen del Oscar honorífico que ganó en 2000, hubo tres películas de Wajda nominadas por la Academia para la categoría destinada a premiar al mejor film en lengua no inglesa: Tierra prometida (1975), El hombre de hierro (1981) y Katyn (2007). Pero es probable que sea Cenizas y diamantes (1958) la película que sintetice con mayor eficacia y nitidez su estilo: en sagaz oposición a los cánones del realismo socialista, el film denunciaba la pasividad rusa en el levantamiento de Varsovia contra los nazis y, al mismo tiempo, subrayaba el papel jugado por el ejército clandestino Armia Krajowa en la resistencia contra la violencia de las fuerzas hitlerianas.

(...)

Ya en esa película, Wajda mostraba con claridad una de sus virtudes más conocidas y celebradas: la inteligencia para ser agudo y provocativo sin caer en la obviedad ni en la propaganda.

 

En su extensa filmografía deslumbran otros títulos de singular belleza formal, como Las señoritas de Wilco (1979) y Danton (1983).

 

Una constante de la conducta artística y política de Wajda fue poner en crisis cada certeza por la que se había jugado antes. Una especie de duda cartesiana permanente que alcanzó incluso a su venerado Walesa, quien colaboró decididamente para que el cineasta fuera elegido senador en su país.

 

Alejandro Lingenti

La Nación

https://goo.gl/EKKaRX

 

 

 

Películas programadas

 

La tierra de la gran promesa (1975)

El hombre de mármol (1976)

El hombre de hierro (1981)

Danton (1982)

Katyn (2007)

 

 

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